Bélgica mostró todo el orgullo que siente por su producción cervecera celebrando la Décimo sexta edición del Festival de Cerveza.
Sigo asimilando este descubrimiento del universo cervecero, especialmente el que elabora Bélgica, sin temor a afirmar que son las mejores que he probado. Como lo dije en algún momento “Bélgica es a la cerveza, lo que Francia al vino”, por su ancestral forma de elaboración, complejidad y diversidad. En el festival se presentaron decenas de cervezas.
Hoy entiendo que la imagen de enormes chops circulando en un evento multitudinario, con mucha algarabía y desborde, no es la única. También existe aquella donde se degusta distintos tipos de cervezas, en copas diferentes, recibiendo la explicación detallada de los maestros cerveceros (brewmasters) quienes orientan cómo disfrutar mejor de las diferencias.
Esa fue la experiencia que viví del 5 al 7 de setiembre pasado en la celebración del Belgium Beer Weekend, que instaló sus tiendas en el centro de la Grand Place de Bruselas. Un lugar excepcionalmente hermoso, tan representativo de este bello país y que sirvió de marco para las celebraciones, degustaciones y actividades artísticas que se desarrollaron alegremente, sin perder el orden ni caer en excesos. Al principio me llamó la atención la ausencia de policías, pero luego me di cuenta que no eran necesarios.
Estuvieron presentes todas las cerveceras belgas, de todos los tamaños y estilos que exportan así como las 6 trapistas con las que cuenta Bélgica y que compartían los stand. Por supuesto este espacio era uno de los más concurridos por los visitantes belgas y de otras partes del mundo, que se acercaban a probar y entender las diferencias que hay entre ellas.
Una de las cervezas que llamó mi atención fue Deus. Se diferencia de las demás por su finesa y calidad, además es tratada como si fuera champagne. Prometo contarles más sobre la deliciosa Deus más adelante y ojalá que pronto se animen a importarla.
Otra fue la deliciosa trapista Westvleteren. ¿Recuerdan que les conté sobre ella en http://elcomercio.pe/blog/destilandopisco/2014/02/westvleteren-una-cerveza-para-beber-la-historia
Delirum Tremens, Duvel y la trapista Chimay también se lucían en sus barras, felizmente esas si están en Lima. Justamente Alain de Laet, propietario y presidente de Brouwerij Huyghe, quienes elaboran Delirium Tremens y otras marcas más, estuvo a cargo de presidir la comisión organizadora del festival este año. Además de atender a los visitantes a su cervecería, se multiplicaba para estar durante todas las actividades importantes del festival. Nos cruzamos varias veces con él, mientras atendía los grupos, cargaba cajas de cerveza, papeles y demás requerimientos.
Todo el entorno de las tiendas tenía rejas pero pequeñas, más para demarcar el espacio que por seguridad. Estaban decoradas con muchas ramas de lúpulo natural (la plata es del tipo enredadera) y las personas se hacían adornos con ellas.
Una celebración muy bien organizada, que rindió homenaje a los maestros cerveceros con más de 30 años de vida laboral, con mucha información y conocimiento. Tanto por aprender que me dejó el sabor de querer volver el próximo año.
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